FUTUROS COMBUSTIBLES EN LA TRANSICIÓN VERDE

Las opciones de combustibles del futuro son importantes para la transición ecológica por su potencial para abordar los retos asociados a los combustibles fósiles tradicionales y contribuir a un panorama energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Por este motivo, Bergen Engines trabaja para garantizar que nuestra tecnología funcione con la misma eficiencia fiable, independientemente de la fuente de combustible elegida por nuestros clientes.

Nuestros clientes están realizando inversiones a largo plazo cuando planifican su próximo proyecto aunque se ciernen incertidumbres sobre la disponibilidad futura de combustibles, los costes y el panorama normativo, incluidos los posibles impuestos sobre las emisiones de CO2. Por este motivo, el diseño modular de los motores Bergen da prioridad a la flexibilidad del combustible, lo que permite a los clientes superar estas incertidumbres con confianza. Esta flexibilidad garantiza la fiabilidad y los mejores índices de eficiencia de nuestros motores, independientemente del tipo de combustible con el que decidan operar en la actualidad, proporcionando tranquilidad y longevidad a sus inversiones.

La importancia de los combustibles del futuro

• Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero:
  Los combustibles del futuro, como el hidrógeno, el amoníaco y el metanol, pueden producirse utilizando fuentes de energía renovables, lo que ofrece una forma de descarbonizar sectores tradicionalmente asociados a elevadas emisiones de gases de efecto invernadero. Estos combustibles, cuando se utilizan en lugar de los combustibles fósiles convencionales, pueden reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono y otros contaminantes, ayudando a combatir el cambio climático.
• Almacenamiento de energía y flexibilidad:
  Los combustibles del futuro desempeñan un papel crucial en el almacenamiento de energía y la flexibilidad de la red. El hidrógeno, por ejemplo, puede almacenarse y transportarse fácilmente, sirviendo para almacenar el exceso de energía generada a partir de fuentes renovables intermitentes como la eólica y la solar. De este modo se aborda el reto de la variabilidad en la producción de energía renovable y se contribuye a crear una infraestructura energética más fiable y resistente.
• Diversificación de las fuentes de energía:
  Al introducir combustibles alternativos como el amoníaco y el metanol, la industria energética puede diversificar sus fuentes de energía. Esto reduce la dependencia de recursos finitos y geopolíticamente sensibles, mejorando la seguridad y la estabilidad energéticas.
• Innovación y crecimiento económico:
  Invertir en el desarrollo y la adopción de futuras opciones de combustible estimula la innovación y fomenta el crecimiento de nuevas industrias. La transición a estos combustibles puede crear puestos de trabajo, impulsar avances tecnológicos y contribuir al crecimiento económico en el sector de las energías renovables.